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La gente consulta sobre la hipnosis porque sufren. Atrapados por el movimiento de la mente, están buscando un medio, una herramienta para salir de todo ese sufrimiento que impregna su vida. Incluso si a priori su misión parece enfrentar al ego, a sus mecanismos psicológicos, de hecho, están fundamentalmente tras la búsqueda de si mismos, no de la personalidad de la superficie, sino más bien de su identidad profunda, esa dimensión trascendente del ser.

O, la única salida se encuentra profundamente en ellos, y la hipnosis les propone precisamente acceder directamente a su interioridad, rodeando los meandros de la mente. Podemos decir que la hipnosis terapéutica es un enfoque por otra parte holístico, ya que tiene un efecto sobre todos los niveles del ser. La dimensión espiritual siendo inseparable de todo lo que nos constituye, está también en segundo plano de nuestro enfoque terapéutico.

El estado hipnótico permite experimentar estados de conciencia ampliados, o precisamente la mente puede relajar su control, los clientes están en condiciones de descubrir niveles más profundos de su ser y de tocar en particular su dimensión sagrada. La hipnosis terapéutica propone igualmente a los clientes herramientas que se pueden integrar en su día a día y que favorecen su camino de conciencia .

Más allá de los objetivos terapéuticos que definimos con los clients, la dimensión espiritual está presente siempre que creamos para ellos ese contexto de acogida y que los acompañamos con una presencia total. Ella se sitúa por otra parte en nuestra intención, nuestra orientación de núcleo durante las consultas, la cual es ya relativa sobre su subconsciente, sin que ni siquiera sea necesario abordar la espiritualidad con palabras.

Dicho esto, en nuestra práctica de hipnosis, hay ciertamente un sitio, en algunos casos, para abordar más precisamente el tema espiritual con nuestros clientes, cuando (o si) los últimos abordan el tema. Nuestra escucha y nuestras preguntas pueden ayudarles a precisar los valores espirituales que los animan. También es posible insuflar a nuestros textos hipnóticos una connotación espiritual por medio, por ejemplo, de metáforas inspiradoras, de alegorías o salidas de cuentos de diferentes tradiciones. Se necesita una dosis adecuada.

Para la entrevista como para la sesión de hipnosis propiamente, cuando es cuestión de espiritualidad, una vigilancia particular se impone en cuanto a la elección de nuestras palabras. En la medida de lo posible, queremos evitar vehicular conceptos o creencias que no serían en adecuación con las del cliente, o incluso de nutrir innecesariamente su mente de nuevas creencias. Esto no es lo que deseamos. Con toda prudencia, una terminología espiritual larga y muy inclusiva es menos arriesgada de herir sobre ese plano o de asociarse a una religión precisa. Esta es más susceptible de inspirarles y de tocar en ellos su sentido de lo sagrado.